Donde el aire puro y las pistas de esquí en invierno dan paso a montañas para explorar en verano. Esta vivienda se erige como un hogar familiar acogedor en medio de la majestuosidad montañosa. La madera, protagonista indiscutible, se fusiona con colores otoñales, pintando paredes, tapizando cabeceros y vistiendo el mobiliario para crear una armonía cálida y natural.
Las maderas de la casa, junto con la reforma de los baños y la iluminación estratégica del techo entre las vigas, busca no solo preservar la esencia, sino también proporcionar una sensación de amplitud y luminosidad.
Diseñar una casa que envuelva a sus habitantes, donde cada rincón transmite una sensación de comodidad y bienestar, creando así un refugio perfecto para todas las estaciones del año.